SITUACIONES QUE ENFERMAN

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SITUACIONES QUE ENFERMAN

Por medio de una amiga nos contactó una mujer joven que sufría desde hacía años dolores constantes de abdomen y cabeza. Esta amiga común, enfermera de profesión, le había hablado de nosotras y del Reiki. La chica se dijo “voy a probar”. Llevaba largo tiempo en tratamiento y le habían hecho pruebas de todo tipo, incluyendo un escáner cerebral. No encontraron nada. Su amiga llegó a pensar que podía tratarse de algún cuadro de estrés por su cargo de máxima responsabilidad en una empresa. Su trabajo implicaba muchos viajes y reuniones, además de tener la responsabilidad de tomar decisiones que afectaban directamente a la empresa.

 

Nos llamó la atención que a pesar de la gran carga laboral, estaba entusiasmada con su trabajo. Nosotras comenzamos las sesiones como viene siendo habitual y ella fue experimentando una mejoría importante, pero a los pocos días volvían las molestias. Con esa mejoría ya se daba por satisfecha y no le importaba seguir así. Nosotras sin embargo queríamos llegar al origen, que no cuadraba con lo feliz que le hacía sentir su trabajo. Sí es cierto, que aunque nos guste algo mucho, en ocasiones puede ocurrir que un exceso de estrés lleve, de forma puntual, a generar algún bloqueo que a veces desaparece incluso con una única sesión. Aquí debía de haber algo más que no estaba saliendo.

 

Comenzamos a trabajar a unos niveles de profundidad diferentes y en pocas sesiones ella misma rompió el bloqueo. En mitad de una sesión estalló en lágrimas y nos comentó que estaba sintiendo como si una gran losa se le estuviese quitando de encima. Ni siquiera había sido consciente de haber llevado esa carga.

 

Se dio cuenta de lo que realmente le estaba pasando. Vivía  aparentemente feliz con su pareja, un hombre maravilloso pero muy independiente, lo que a ella le generaba un problema. Acostumbrada a tener el control en todas las situaciones y planificar el más mínimo detalle, había planificado sin darse cuenta como debía ser su vida en pareja. Sin ser consciente estaba intentando cambiar a su pareja para crear esa relación imaginada. Al ser su novio una persona también muy segura de si mismo e independiente, y ella no conseguir su propósito, ese empeño la había hecho enfermar.  No se daba cuenta que ya tenía una relación de amor preciosa. Al estar empeñada en crear una situación perfecta para ella, solo conseguía alejar a su pareja. Empezó a aceptar su error y así comenzó a ver lo que antes ella misma estaba ocultando: El amor que ambos sentían el uno por el otro. Las molestias desaparecieron de forma muy rápida y en posteriores sesiones comenzó a aceptar en su interior no solo la personalidad independiente de su pareja, sino a disfrutarla y sentirse apoyada por el amor de su vida. La forma de ser de su novio la hacía sentirse cada vez más libre y ahora sí disfrutar realmente de la compañía de él.

 

Ella misma se había puesto cadenas que le impedían ver la realidad maravillosa que ya tenía y disfrutarla. Las molestias no volvieron y hoy se encuentran ambos disfrutando el uno del otro.